¿Por qué ir a terapia? ¿Por qué ahora? ¿Sientes la necesidad de emanciparte, de tener una “habitación propia” como decía VIrginia Wolff? Tratar de encontrarte es seguir algunas veces el camino marcado para luego con el tiempo y a base de tropezones emprender o bien la dirección contraria o bien itinerarios inesperados. Caminos que se abren de forma infinita o eso parece, vías nunca transitadas, cauces vírgenes o lugares habitados ya hace tanto que ni tu cerebro ni tus ojos ya los reconocen. Lo más seguro es que te encuentres en un laberinto y no hay peor sensación que la de darse cuenta de ser responsable de tu propio embrollo, de haberte hecho una bola tan grande que no sabes cómo empezar a deshacerla. Creo que la vida es compleja ya al nacer y que cada uno inevitablemente la complejiza aún más hasta el punto de convertirse en un mapa que visto desde fuera sería inexplicable. Podemos llamarlo mapa, bola, madeja de lana o lío tremendo pero la realidad es que casi todos en algún momento de nuestras vidas nos paramos a pensar porqué no nos detuvimos a tiempo y hemos seguido alimentando el enredo.
Con los problemas hacemos lo que podemos: los estiramos, los escondemos o nos engañamos creyendo que no existen hasta que son tan grandes que, o bien miramos a otro lado o bien nos bloqueamos y no sabemos cómo resolvernos. También podemos tratar de salir de nuestros embrollos o películas de terror que nos creamos en la mente o realmente sufrimos en la vida si nos permitimos PEDIR AYUDA A OTROS.
¿Qué es la terapia si no una búsqueda que comienza fracasada, pero que cuando la transitas con buena compañía es capaz de devolverte a veces al camino de vuelta, a entender el mapa, a no complicar lo complejo si no saberse complejo aceptarlo y hasta que llegue a agradarte?
Buscar apoyo cuando sentimos la necesidad de responder nuestras preguntas y deshacer nuestro caos junto a u profesional es una opción acertada para permitirse tener una vida bien-vivida.
Lo peor que puede pasarnos es ser siempre los mismos.