ADOLESCENTES
La adolescencia hoy nos confronta con chicos y chicas con una variada cantidad de problemáticas: baja autoestima, preocupación excesiva alrededor de la imagen y el cuerpo, trastornos de la alimentación, adicciones a las pantallas, a las redes, consumo indiscriminado de alcohol y drogas, fracaso escolar, ansiedad, aislamiento, bajo estado de ánimo.
Para poder tratar estas problemáticas, algunas muy llamativas porque el cuerpo se pone en juego (anorexias, bulimias, autolesiones), es capital un buen diagnóstico, un buen conocimiento de las viscitudes de esta época de la vida, ética profesional y la implicación de la familia en la terapia.
Mi trabajo con ellos y ellas consiste en crear juntos un espacio de confianza donde poder pensar en qué quieren, cómo se sienten, qué pueden hacer para tramitar sin demasiada angustia un periodo complejo como es el de dejar de ser un niño sin ser aún un adulto. A las dificultades de el momento vital que atraviesan por el mero hecho de estar creciendo se añaden otras que habrá que buscar en su historia personal, en sus vínculos con sus padres, hermanos, familia y amigos y en su vida más amplia que cada vez les influye más: los hechos sociales como la pandemia, la tecnología, las redes sociales, los mandatos de género o lo incierto del mundo que les toca, son hoy factores a tener en cuenta para alcanzar un buen entendimiento de lo que les pasa.
A pesar de las dificultades, la adolescencia sigue siendo una gran oportunidad para hacer verdaderos cambios que serán importantísimos para su salud mental futura . Ellos y ellas tienen la capacidad de ser más plásticos y flexibles y una terapia a tiempo puede suponer un cambio de rumbo en adolescencias que se complican, en aquellas en las que el dolor no puede aliviarse en soledad o en aquellas en las que las familias no encuentran solución y precisan de ayuda externa.
El trabajo con el/la adolescente se hace de forma individual o familiar según el diagnóstico ( a veces es más acertado poder ver a toda la familia) y los padres son convocados a algunas sesiones para poder trabajar en equipo junto con ellos ya que su implicación es necesaria para el entendimiento y la mejora de lo que está sucediendo.
En el caso de tomar al adolescente en la terapia individual la confidencialidad será fundamental para poder crear un clima de confianza.