
Decidir pedir ayuda es un paso que no es fácil de dar, supone muchas veces tener la sensación de haber fracasado, de no haber podido solucionar los problemas por uno mismo. Sin embargo a veces no podemos hacer solos ciertas cosas y consultar con un profesional resulta un gran alivio a nuestro sufrimiento. Los motivos por los cuales pensamos en que un profesional puede ayudarnos son muy variados, entre ellos podemos resaltar:
Cuestión de tiempo: llevamos demasiado tiempo dando vueltas a un problema sin poder salir de él, incluso el paso del tiempo lo está agravando y rigidizando.
Cuestión de intensidad: nuestro dolor mental es demasiado intenso, es intolerable y nos limita la vida.
Cuestión de otros: un vinculo con otra u otras personas está siendo doloroso, conflictivo y/o muy hiriente.
Cuestión propia: sabemos que hay algo en nosotros que no va bien, repetimos siempre los mismos errores y queremos poder pensar cómo cambiar aspectos que duelen demasiado de nuestro modo de estar en el mundo.
Cuestión del cuerpo: tenemos dolores o mucho malestar físico sin que las pruebas y diagnósticos médicos den una respuesta o solución. Nuestro cuerpo algo quiere decirnos de la peor manera: con enfermedad.
Cuestión sin cuestión: no puedes sentir, Hace tiempo un bloqueo emocional te impide desear ni querer nada. Tu vida está en modo pasivo y te preocupa no recuperar la vitalidad.
Cuestión de nuestros tiempos: estar en este mundo a veces duele. La falta de vínculos estables y fiables, un trabajo que nos explota, el sometimiento a lo normativo, la incertidumbre, las violencias, la precariedad, la falta de recursos, la desigualdad de oportunidades hacen que nos sintamos solos frente a un mundo que mira para otro lado.
Por supuesto este es un pequeño resumen del dolor psíquico que no abarca todo lo que puede llevarnos a pensar que ir a terapia puede ayudarnos. Los síntomas de enfermedad mental o los diagnósticos suelen ser los motivos de consulta manifiestos , sin embargo creo que tras ellos siempre existen las cuestiones arriba señaladas en mayor o menor medida.