Con su fantástica precisión, el inglés tiene una palabra genial para designar al chupete: pacifier. El que da calma, el que tranquiliza, “se haga aquí la paz”. En Argentina a los biberones les llaman mamaderas. Chupar-mamar-pacificar. Palabras que aluden a la teta de mamá.
Donald Winnicot pediatra y psicoanalista inglés, llama al chupete y a otros objetos que acompañan al bebé en su crecimiento “objetos transicionales”, pues le ayudan a transicionar entre la ausencia y la presencia de la madre. El Biberón, el chupete, el dedo que el bebé chupa son objetos sustitutos de mamá que ayudan al crecimiento.
Me hizo pensar esta representación tan gráfica (ver imagen) de los nuevos pacifiers. Esta anti metáfora que se vende en Amazon por once euros con noventa : un biberón que imita un móvil ¿No son acaso los móviles pacifiers ante la ausencia? ¿no los usamos ( ya no tan bebés) como objetos acompañantes? ¿no los sacamos a la espera de alguien? ¿no nos encontramos haciendo scroll sin saber ni siquiera por qué? Lo gracioso es lo acertado del producto, lo que no lo es tanto es que estos “pacifiers” se los damos a chavales con doce años para que acompañen sus ausencias. Auténticos consoladores infinitos.
Gracias al chupete, tras amortiguar la ausencia, el bebé imagina a su madre. Es aquí donde se instala en sujeto deseante. El deseo, anhelo de volver a ver a mamá. Sin ausencia no hay deseo, hay pura descarga, teta infinita, pacifier que no genera nada y al que uno se adhiere como único salvavidas. Mamá-cocaina, mamá-ginebra, mama- casino. Las adicciones graves muestran faltas de transición. Ante un objeto que falta demasiado, me agarro a otro.
Los móviles a los doce, en lo más crudo de la pubertad , en el adolescente “recién nacido”, funcionan como tetas infinitas que no les dejan aprender a estar con ellos mismos. Para algunos la gestión será más fácil que para otros ( dependerá en gran parte de su infancia) pero para todos por igual funcionarán como sustitutos que necesitan aún de cierta presencia. Además precisan no ser los únicos objetos que les acompañen, si se vuelven exclusivos ( miren cómo se ponen algunos de despechados-desconsolados) mal asunto.